miércoles, 23 de septiembre de 2015

La soledad del apátrida

La soledad del apátrida
Un analisis que busca romper con la disyuntiva entre el discurso nacionalista español y el nacionalista catalán.
22/09/15 · 15:00
Imagen del Presentimiento nº 14 / ESPAI EN BLANC
Me hubiera gustado sentir entusiasmo ante la movilización ciudadana que conmemoraba, el pasado 11 de septiembre, la fiesta nacional de Catalunya. Viendo los rostros alegres e ilusionados, intenté esbozar yo también una sonrisa. Pero sólo me venían ganas de vomitar al ver tantas banderas. Lo siento. Es algo que nos sucede a algunos.
 
Viendo los rostros alegres e ilusionados, intenté esbozar yo también una sonrisa. Pero sólo me venían ganas de vomitar al ver tantas banderas
Evidentemente, como catalán prefería una calle Meridiana llena capaz de desafiar al gobierno español, aunque este desafío fuera un remake de los Juegos Olímpicos del 92. Manifestarse no consiste en inscribirse y participar. Lo confieso: estoy tan desorientado como un extranjero.
Algunos somos extranjeros entre los extranjeros, pero nos acordamos muy bien de que un día el president Mas tuvo que entrar en helicópteroa un Parlament bloqueado por unos impresentables que gritaban "Nadie nos representa".
Ahora el president Mas, protegido en una lista electoral, ha renacido puro e inmaculado habiéndose desprendido de recortes y corrupción. Es lo que C. Schmitt, el gran inventor del decisionismo ahora tan en boga, llamaría "el milagro de la política". Nosotros, porque no olvidamos, hemos podido subsistir en la burbuja.
En el interior de la burbuja nacionalista falta aire. Voy a explicar qué es la burbuja nacionalista. Esta maldita burbuja tiene la forma lógica de un doble vínculo, es decir, se trata de una situación en la que dos mensajes contradictorios chocan entre sí, y en su retroalimentación, impiden cualquier posibilidad de salida. El discurso nacionalista español y el discurso nacionalista catalán.
¿España o Catalunya? "Defínete". "Tienes que mojarte, no valen las excusas". La violencia se hace íntima, asfixiante.
¿España o Catalunya? "Defínete". "Tienes que mojarte, no valen las excusas". La violencia se hace íntima
El españolismo moviliza los legalismos más estúpidos y las pasiones más bajas. Hay que respetar la LEY como si la ley fuera algo sagrado, cuando es la plasmación de una correlación de fuerzas.
"Lo que queréis es imposible", afirman tranquilamente, cuando luchar por hacer lo imposible real es lo que dignifica a una lucha. Y, finalmente, el españolismo apela al miedo que es el argumento más revelador de la impotencia.
Por su parte, el catalanismo independentista, ignorando completamente a la mitad de la población, se empeña en construir la voluntad de un pueblo. En este caso, se movilizan las pasiones altas como la esperanza, pues son las que mejor funcionan en un relato épico.
Pero, en realidad, todo vale. Desde la manipulación de la historia a la llamada más descarnadamente razonable: "tendremos más dinero para nosotros". En definitiva, a la burda y sempiterna prepotencia española se responde desde una afirmación que tiene mucho de resentimiento y de engaño, a pesar de vestirse de sonrisa ilusionada.
El discurso nacionalista simplifica, despolitiza todo lo que toca, y siempre es conservador. Su afirmación es pobre, siempre lastrada de victimismo. "Tú eres malo, luego yo soy bueno". No sabe salir de ahí. Necesita imperiosamente un Otro como chivo expiatorio.
El otro día fui a comprar el periódico, y el kioskero muy serio estaba diciendo a un cliente: "Ya tengo ganas de que entren los tanques por la calle Diagonal...". Como no quería discutir, no le pregunté si él saldría a detenerlos.
Porque lo que ahora está sucediendo es que el cuento de hadas independentista se topa con el cuento de horror españolista. Cada vez queda menos aire en la burbuja. ¿Cómo romper este doble vínculo tan absurdamente agotador? Existía una posibilidad, seguramente incierta, porque casi ni llegó a existir.
Que Catalunya se constituyera en una anomalía, en una verdadera anomalía capaz de contagiar a los demás pueblos. Una anomalía y no una unidad política. Fue durante el 15M y por unos instantes.
Una Catalunya integrada en otra España que, quizás, abandonaría su nombre. Ciertamente, no supimos hacerlo, y a muy pocos interesó pensar esta unión sin unidad. España prefirió hacerse ridículamente fuerte en su extrema debilidad.
No supimos hacerlo, y a muy pocos interesó pensar esta unión sin unidad. España prefirió hacerse ridículamente fuerte en su extrema debilidad
Catalunya se conformó con un Estado propio pegado en el culo. Su mayor sueño. ¡Qué triste destino! En aquel entonces desde Espai en Blanc habíamos sacado una revista cuyo título era: "Catalans un esforç més!" (¡Catalanes un esfuerzo más!). Nos quedamos solos aunque todo el mundo se mostró muy comprensivo.
Franz Fanon, el gran luchador por la independencia de Argelia, ya nos avisaba: "No rindamos tributo a Europa creando Estados, instituciones y sociedades que se inspiran en ella... La humanidad espera de nosotros alguna otra cosa que una imitación, algo que sería una caricatura obscena".
Este intento de una experimentación política seria y consecuente no existe. Los partidos del sistema con su nueva lista tramposa, la marca blanca de los antiguos comunistas que jamás romperán un plato porque siempre son los primeros en venderse.
Sr. Coscubiela (tercero de la lista): ¿se acuerda de cuando sujetaba con fuerza la puerta de CC OO para dar tiempo a la llegada de la policía y así detenernos, mientras sus esbirros nos golpeaban ferozmente?
Sí, a nosotros, a aquellos impresentables que en el año 1999 tan solo queríamos leerles un pequeño manifiesto de homenaje en agradecimiento por los muchos sacrificios que han hecho siempre por la clase trabajadora. Al día siguiente, en la prensa nos acusaron de ser un grupo fascista.
Y quedan los amigos independentistas que creen poder ser, a la vez, anticapitalistas; que creen que el Estado propio es simplemente un paso necesario. Cierto, no hay tanto cinismo. Sin embargo, creen demasiado.
Por ejemplo, creen que aquí la lucha nacional coincide con la lucha de clases. A estas alturas de la historia, no sé muy bien qué es la lucha de clases, aunque puedo imaginármelo ya que la estamos perdiendo. Pero sé muy bien que no tiene nada que ver con una lucha nacionalista.
Viendo la ambigua relación de la CUP con el nacionalismo catalán hegemónico, me recuerda exactamente el papel de la extrema izquierda respecto a la izquierda del Estado de los Partidos. Y no digo más.
El hilo musical no cesa dentro de la burbuja: "El voto de tu vida", "Gobernémonos", "Sí, se puede"... La irrupción de categorías de la política moderna - Estado nación, el pueblo como unidad política, la construcción de una identidad - en un marco postmoderno, tiene el extraño efecto de crear un gran simulacro, en el que nada es lo que parece.
Se trata de un bluf extremadamente serio, y a la vez, totalmente risible y patético. Se agota el tiempo y hay que hablar claro. Tienes que definirte. ¿Vas a votar a favor o no de la independencia de Catalunya? ¿Sí o No?
Como no existe una respuesta colectiva que rompa el doble vínculo, la única que se me ocurre y sirve como una moral provisional a la cartesiana, es: "Preferiría no hacerlo".
"Preferiría no hacerlo", que es lo que respondía Bartleby cada vez que era acuciado. Pero yo no me quedaré como él en la oficina hasta morirme de hambre. De acuerdo. Defiendo el derecho a decidir.
Yo quiero mi derecho de fuga. Quiero fugarme, y no tener que responder a una pregunta que no me interesa
Yo quiero mi derecho de fuga. Quiero fugarme, y no tener que responder a una pregunta que no me interesa. Ser un apátrida que al no estar ligado a nada, a nada debe reverencia.
Ensayar un internacionalismo imposible, porque por este imposible si me vale la pena luchar. ¿Qué se trata de una salida personal? Quién lo piense es que no me ha entendido.
"No soy nada y debería serlo todo", afirmaba Marx. Nunca sabrán cuántos somos ni jamás podrán contarnos.
En la soledad del apátrida se encuentran la fuerza del anonimato y la del dolor. Por eso es inaccesible a la mirada del poder
En la soledad del apátrida se encuentran la fuerza del anonimato y la fuerza del dolor. Por eso es inaccesible a la mirada del poder.
Odiamos a todos los tertulianos. En el día a día, no nos perdemos en necedades, vamos a lo esencial. Y los domingos soñamos... que un movimiento subversivo barrerá por fin este escenario de cartón piedra. 

martes, 15 de septiembre de 2015

¿Crisis migratoria?

Crisis migratoria: brazos abiertos para dar la bienvenida, armas para matar

Democracy Now!


La avalancha de personas que huyen de la guerra y la miseria aumenta diariamente y alcanza las orillas y fronteras de Europa en un intento desesperado por verse a salvo. La mayoría viene de Siria, donde una guerra civil descarnada ha provocado la muerte a más de 200.000 personas en los últimos cinco años y el desplazamiento dentro y fuera de las fronteras de ese país de doce millones de personas, la mitad de la población siria.Otros emigrantes vienen de África subsahariana. Huyen de la pobreza y los conflictos armados en sus países. Al igual que muchos sirios, estas personas logran llegar a Libia, país que actualmente se encuentra en un virtual estado de anarquía, y se arriesgan a cruzar el Mediterráneo en embarcaciones tan peligrosas como sobrecargadas de pasajeros. Miles se han ahogado. Paradójicamente, muchos de esos migrantes se dirigen hacia los mismos países que vendieron las armas que se utilizan en las guerras de las que huyen.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, se refirió a la crisis migratoria en su discurso sobre el estado de la Unión Europea, pronunciado esta semana en Estrasburgo, Francia: “No hablo de 40.000 ni de 120.000. Hablo de 160.000. Esa es la cifra de refugiados de la que los europeos debemos hacernos cargo y a los que debemos acoger con los brazos abiertos”. Junker utilizó en su discurso la expresión en inglés “take in arms”, refiriéndose obviamente a la idea de dar un abrazo protector, pero la palabra “arms”, paradójicamente, significa también “armas”. Otra europea, que ha visto de cerca el sufrimiento de los refugiados, toma la voz inglesa en ese otro sentido.
“Son nuestras armas las que destruyen esos países y diezman a sus poblaciones”, sostuvo Annette Groth en el noticiero “Democracy Now!”. Groth integra el Parlamento Alemán y es la portavoz de derechos humanos del partido alemán La Izquierda. Retornó recientemente de un viaje a Hungría, donde fue testigo de los miles de inmigrantes que se encuentran varados en la estación de trenes de Budapest: “Alemania es el tercer mayor exportador de armas, y tenemos muy buenas relaciones, hasta la exageración, con países como Arabia Saudita y Qatar, a pesar de que existe una gran oposición a esto, y mi partido siempre se opone, al igual que el verdadero movimiento pacifista. Nuestro gobierno aún está entregando armas a Arabia Saudita, que a su vez apoya al ISIS , a los yihadistas. ¿De qué estamos hablando?”.
El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) analiza y brinda información sobre el comercio de armas a nivel mundial. Un informe reciente del SIPRI destaca: "El volumen del comercio internacional de armas de gran envergadura registrado entre 2010 y 2014 fue 16% más alto que el registrado entre 2005 y 2009. Los cinco principales exportadores entre 2010 y 2014 fueron Estados Unidos, Rusia, China, Alemania y Francia". Entre los cinco principales receptores de esos cargamentos de armas de gran envergadura figuran Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, dos aliados de Estados Unidos que, según afirman múltiples informes, estarían apoyando de manera significativa al ISIS , que es el principal antagonista en la guerra civil en Siria y en Irak. A todo ello se suman las últimas noticias respecto a que Rusia ha incrementado su asistencia militar al régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, que el Reino Unido participó directamente en ataques aéreos en Siria y que Francia se prepara para hacer lo mismo.
Si bien muchos países europeos están aceptando refugiados (el primer ministro finlandés incluso puso a disposición su casa de huéspedes), superando así ampliamente cualquier tipo de bienvenida que haya ofrecido el gobierno de Obama, nada de eso resuelve el problema. Lo que hay que resolver son los conflictos en Medio Oriente. Pero, ¿es posible que eso suceda si Estados Unidos (y Rusia, y Alemania, y Francia) continúan vendiendo grandes cantidades de armas a los beligerantes países de la región? El rey King Salman de Arabia Saudita visitó la Casa Blanca la semana pasada y se aseguró una nueva inyección de misiles y de las llamadas bombas inteligentes, además del arsenal que normalmente proporciona Estados Unidos a su país aliado, rico en petróleo.
“En Medio Oriente hay más armas que pan", reflexionó Annette Groth, del Parlamento Alemán. "Recuerdo una conversación que mantuvimos con un embajador de esa región hace unos tres años atrás. Él nos miró, a mí y a otros parlamentarios, y nos dijo: ‘Es hora de que occidente pase a buscar las armas que nos llevó’. Un concepto muy, muy cierto y muy simple”.
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Traducción al español del texto en inglés: Fernanda Gerpe. Edición: María Eva Blotta yDemocracy Now! en español, spanish@democracynow.org